Tema 6: Técnicas de conducción prácticas

En esta unidad aprenderemos:
En esta lección conoceremos técnicas de conducción, fuerzas que intervienen en la conducción, cómo tomar las curvas para evitar virajes, cabeceos o derrapes y cómo mantener la estabilidad de la carga y los pasajeros al realizar algunas maniobras. También trataremos la manipulación de cargas y el uso de remolque y semirremolque.

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Técnicas de conducción

Fuerzas presentes en el transporte
Los objetos transportados están sometidos a una serie de fuerzas que exigen su adecuada sujeción para evitar los desplazamientos en el interior del vehículo con grave riesgo de accidente. Estas fuerzas son, fundamentalmente:

Fuerza de inercia

Si no se aplicara ninguna fuerza, un vehículo que está en reposo, continua en reposo, y si un vehículo está en movimiento, continua moviéndose indefinidamente.
Este principio sólo funciona en el plano teórico. En la realidad no existe así. Sobre un vehículo en movimiento actúan diferentes fuerzas que se oponen: resistencia del aire, rozamiento de las ruedas, etc.

Además, actúan otras fuerzas como la aceleración (variación de la velocidad de un cuerpo en función del tiempo), que puede ser negativa
(frenadas, desaceleraciones) o positiva (aceleraciones):
  • En aceleraciones negativas: la carga o los pasajeros tienden a mantener la misma velocidad que el vehículo y a desplazarse hacia la parte delantera.
  • En aceleraciones positivas: la carga o los pasajeros tienden a desplazarse hacia la parte trasera del vehículo, aunque con menor fuerza inercial que en el caso anterior.

Fuerza de centrífuga



Es la que tiende a sacar la carga o los ocupan tes del vehículo hacia el exterior cuando el vehículo toma una curva, efectúa un cambio de dirección o da un giro brusco del volante.


Movimientos longitudinales y laterales del vehículo

Uno de los objetivos fundamentales en el transporte de pasajeros es el traslado de personas desde un punto a otro, con las mayores garantías de seguridad y comodidad.

En el transporte de cargas, el peso total transportado, el tipo de carga y su distribución, afectan directamente a las técnicas de conducción.
Por ello, es necesario conocer el comportamiento físico del vehículo y las fuerzas que actúan sobre él en las diferentes situaciones que se producen durante la conducción.

Estas fuerzas, sobre las que los conductores intervienen de forma directa, son:
  • La fuerza de empuje.
  • La fuerza de frenado.
  • La de guiado lateral (fuerza centrípeta).
  • La adherencia.
En la conducción también están otras fuerzas presentes, como son:
  • La resistencia del aire.
  • El par de rueda y de inercia.  
  • Los pares de viraje (derrape).
Al mismo tiempo, el conductor debe tener en cuenta que, tanto el vehículo como su carga, están sujetos a las leyes de la física, y, en especial a la energía cinética, que acumulan las mercancías y las personas en un vehículo en movimiento.

Debido a dicha energía y por acciones derivadas de la conducción, por ejemplo en una frenada brusca, las cargas mal sujetas pueden desplazarse con una fuerza excepcional, provocando daños en los ocupantes, en el vehículo o en la propia carga, que incluso puede perderse o salir despedida fuera del compartimento de carga.



Al subir una pendiente y acelerar al mismo tiempo, la carga tiende a desplazarse hacia la parte trasera; por el contrario, en una pendiente descendente, si hay que hacer una fuerte frenada, la carga tiende a desplazarse hacia la parte delantera.

Para hacerse una idea de la fuerza de desplazamiento que la energía cinética es capaz de provocar basta poner como ejemplo la multiplicación de la masa que sufren algunos objetos habituales en un vehículo durante un frenazo.

Transferencia de masas

Además de reposar sobre los neumáticos, el vehículo también lo hace sobre otros cuatro elementos elásticos: las suspensiones o los amortiguadores. Aunque procuran un mayor confort a los pasajeros, absorbiendo las irregularidades de la vía, su objetivo principal es participar en la estabilidad del vehículo. Para ello, soportan el desplazamiento de masas y mantienen la presión del neumático sobre la calzada en condiciones óptimas para que puedan transmitir el empuje, la fuerza de frenado, las fuerzas laterales y la máxima adherencia.



El trabajo de los neumáticos se basa en la cantidad de masa que soportan para obtener la máxima adherencia, dirección, frenado y aceleración.

Entender estos conceptos es funda mental para interpretar los efectos del movimiento del volante y la acción de los pedales sobre el vehículo en las aceleraciones y en las frenadas, así como en la preparación y la salida de una curva (incluso en el interior de la misma).

Cuando el vehículo circula a velocidad constante y en línea recta, el peso en cada rueda está distribuido de forma uniforme.

Al acelerar, frenar o trazar una curva esta distribución varía y la adherencia de cada rueda también, debido a la variación de peso sobre cada una de ellas. Un vehículo tendrá más adherencia cuanto mayor sea su masa.

 

Deslizamiento

Es el efecto que se produce en las ruedas cuando la velocidad lineal del vehículo no coincide con la velocidad de giro de las ruedas.
En la frenada, si la velocidad del vehículo es considerablemente mayor que la de la rueda, se produce el bloqueo de ésta.
  • En esta situación, la adherencia disminuye y el control sobre la dirección se hace imposible, salvo que el vehículo disponga de ABS. En la aceleración, si la velocidad de la rueda es excesivamente mayor que la del vehículo, la rueda patina sobre el suelo.  
  • Si una rueda patina o se desliza, intenta adelantar a las que no lo hacen y provoca la deriva del eje que la soporta.


Apoyo

El apoyo es una de las fases por la que pasa el vehículo durante el trazado de una curva. Se dice que el vehículo está apoyado cuando cesa el balanceo generado en la carrocería por el giro del volante al tomar la curva.

Durante el trazado de curvas, gran parte de la masa se desplaza a las ruedas exteriores, excepto cuando se hacen correcciones bruscas en la dirección con aceleraciones o frenadas que trasladen la masa, desestabilizando el vehículo.

Trazado de curvas

Para trazar una curva hay que posicionarse lo más pegado posible hacia el lado contrario del giro de la curva:
  • Se inicia la pérdida de velocidad con suficiente antelación, con el fin de que se pueda soltar el freno y recuperar el equilibrio de masas antes del giro de volante.
  • Girar en un solo movimiento, con la vista dirigida al punto que corresponda, según se trate de una curva hacia la derecha o hacia la izquierda.
  • Acelerar de nuevo, una vez producido el apoyo, para que el motor empuje lo justo para mantener la velocidad que se lleva, NO para ganar velocidad.
  • Cuando se vea la salida de la curva, dirigir la mirada lo más lejos posible hacia donde se quiere ir, sin incrementar la aceleración.
  • Se acelera para ganar velocidad en el momento que se empieza a enderezar el volante.
Se debe tener en cuenta que se produce un cambio de apoyo en las ruedas cuando se trazan curvas sucesivas con sentido de giro inverso, mucho más notable en las rotondas.
Este cambio de apoyo exige la correcta intervención del conductor, incluso, sobre el freno y el acelerador, con el objetivo de estabilizar el peso, disminuir las oscilaciones del vehículo y el desplazamiento de la masa.

Balanceo

Es el movimiento giratorio de la carrocería sobre su eje longitudinal que depende de:
  • La fuerza lateral (centrífuga), que varía según la velocidad y el radio de la curva. Cuanto menor sea el radio, la fuerza centrífuga será mayor, especialmente cuando el vehículo circula cargado.
  • La distancia entre el centro de gravedad y el eje de balanceo.
Por ejemplo, un vehículo alto, como un bus, tiende a tener más balanceo que uno bajo.

Cabeceo

Se trata del movimiento giratorio de la carrocería respecto a un eje transversal y se produce en las aceleraciones y frenadas. El cabeceo es mayor en función de:
  • La altura del centro de gravedad.
  • La mayor fuerza de aceleración o frenada.

Ronceo o derrape

Es el giro de la carrocería sobre el eje vertical, pudiéndose producir un desplazamiento lateral. Si la fuerza de derrape es insuficiente, el vehículo subvira y si la fuerza es excesiva, el vehículo sobrevira.
El subviraje y el sobreviraje se producen en función a la velocidad, el radio de giro y la adherencia.

Sobreviraje

El sobreviraje es la deriva del eje trasero, es decir, el vehículo se va de atrás. El vehículo traza una trayectoria real con menor radio del que
debiera. Dicha trayectoria puede llegar a ser tan cerrada que el vehículo gira sobre su propio eje, produciéndose un trompo.

Las causas que pueden originar un sobreviraje son:
  • Una desaceleración (aceleración negativa) y/o frena da suave.
  • El exceso de aceleración, durante el desarrollo de la curva, en los vehículos de propulsión.
  • Una desaceleración y/o frenada en recta cuando existe gran diferencia de adherencia entre las ruedas de un lado y otro (frenada asimétrica).
  • Efectuar una acción brusca sobre el volante. 
Es importante recordar la peligrosidad que implica intentar controlar un sobreviraje para seguir circulando. La inadecuada coordinación entre volante, acelerador o freno puede producir un efecto látigo con un grado de energía tan elevado que imposibilite controlar el vehículo.

Sólo se debe intentar controlar un sobreviraje cuando éste sea suave y se encuentre en su fase de inicio. Para ello, se deben poner las ruedas rectas y pisar el freno y el embrague para intentar detener el vehículo de la forma más segura.
El sobreviraje casi siempre es provocado por el conductor, ya sea de forma consciente (como en una competencia), como de forma inconsciente. 

Subviraje

Al contrario que el sobreviraje, el subviraje es la deriva del eje delantero, es decir, el vehículo se va de la parte delantera. Se pro duce en una curva cuando la trayectoria real del vehículo tiene mayor radio que la que se pretende trazar. Aunque cualquier vehículo tiende a ser subvirador al inicio del giro, sólo se le define como tal cuando subvira más de lo normal.

El subviraje se aprecia en el volante, pues éste se aligera y ofrece menos resistencia. Las derivas se producen por la velocidad, unida a una acción incorrecta sobre los mandos del vehículo, por lo que es fundamental conocer el balanceo de masas y el manejo de los mandos.

El subviraje puede producirse por:
  • Una frenada fuerte que implique el bloqueo de las ruedas delanteras.
  • Un exceso de aceleración.
  • La velocidad inadecuada, combinada con la adherencia y el radio de la curva.

Derrapes

El ronceo o derrape se produce cuando las ruedas pierden la adherencia y el vehículo se desplaza lateralmente, sin el control del conductor. De los tres factores que intervienen en la conducción, es decir, conductor-vía-vehículo, en la mayoría de los casos el derrape es por culpa del conductor.  

Las causas más frecuentes de derrape pueden ser:
  • El uso brusco e inadecuado de los frenos.
  • El uso incorrecto del volante al tomar una curva o al realizar un giro a excesiva velocidad.
  • El uso brusco y excesivo del acelerador, especialmente con marchas bajas.
  • El uso incorrecto del conjunto freno-dirección.  
  • La velocidad excesiva e inadecuada con:
    • Neumáticos desgastados o con una baja presión de inflado. 
    • Calzada en mal estado: gravilla, barro, nieve, hielo, etc. 
    • Amortiguadores en mal estado y suspensión defectuosa. 
Al frenar, el punto de aplicación del peso se desplaza hacia la parte delantera y cuando la frena da es brusca, esta circunstancia afecta negativamente la suspensión y a la dirección. En estas circunstancias, la probabilidad de que las ruedas traseras se bloqueen mientras se frena es mayor, ya que el vehículo tiende a elevarse de la parte trasera, se pierde adherencia y consecuentemente, se puede producir un sobreviraje. Si los amortiguadores están en mal estado, esta situación se acentúa.

Cómo evitar los derrapes  

La mejor forma de evitar los derrapes es adaptar la conducción a las circunstancias.
Son muchos los indicios o avisos que pueden prevenir los derrapes, como las curvas, gravilla, humedad, hojas, etc. En estos casos hay que moderar la velocidad, aumentar la distancia de seguridad y usar los frenos, acelerador y dirección más suave y progresivamente.

Cómo se debe proceder si el derrape se produce

Lo primero es conocer si el vehículo dispone de ayudas electrónicas que corrijan la pérdida de trayectoria (ESP). Si es el caso, no se debe contravolantear ya que el sistema se confudiría, provocando una pérdida mayor de trayectoria.
Lo segundo es actuar en función de las causas que hayan producido el derrape. Si el derrape se produce por exceso de frenada, dejar de frenar inmediatamente, aunque la tendencia sea la de tratar de detener el vehículo frenando a fondo con las ruedas bloqueadas.

Si el derrape es fuerte, como norma general:
  • No frenar ni desembragar.
  • No levantar el pie del acelerador, ni acelerar a fondo. Se debe acelerar suave y progresivamente en vehículos de tracción en las ruedas delanteras y levantar totalmente el pie del acelerador en vehículos de propulsión trasera.
  • Girar el volante hacia el lado al que derrapan las ruedas traseras (derechaderecha o izquierdaizquierda) con cuidado ya que un exceso puede provocar un segundo derrape al lado contrario y producirse un trompo.
  • Si el derrape se origina en el eje delantero (ruedas delanteras):
  • Dejar de acelerar para que se desplace el punto de aplicación del peso hacia las ruedas delanteras y éstas aumenten la adherencia que estaban perdiendo.
  • Enderezar la dirección simultáneamente, si es posible, ya que el exceso de giro y el exceso de velocidad son las causas que originan el subviraje de un vehículo (derrape del eje delantero).
La combinación de ambas medidas es la mejor solución para contrarrestar un derrape del eje delantero en curva.
Si no existe la posibilidad de enderezar la dirección (porque al hacerlo se invadiría el sentido contrario, o existe posibilidad de salirse de la calzada), el conductor no debe girar más el volante para intentar no salirse de la curva, es decir, debe mantener el mismo giro de volante que tenía a la entrada de la curva y sólo deberá desacelerar para aumentar la adherencia de las ruedas al pavimento.

Estabilidad del vehículo y centro de gravedad

El centro de gravedad es un punto teórico sobre el que se aplican todas las fuerzas de atracción gravitatoria que actúan sobre el vehículo, tanto cuando está en movimiento como cuando está detenido.
De forma teórica, si se pudiera concentrar toda la masa de un cuerpo en un único punto, éste coincidiría con el centro de gravedad. No obstante, precisamente por ser un punto teórico, no es necesario que coincida con una parte material del vehículo.

La posición del centro de gravedad es determinante, tanto en el plano horizontal como en el vertical:
  • En el plano horizontal (en relación a los ejes delantero y trasero), afecta al cabeceo y al derrape.
  • En el plano vertical (en relación a la altura desde el suelo y desde el eje que une el centro de las ruedas), afecta al balanceo y al vuelco. Puede variar en función de las masas cargadas en el vehículo (pasajeros y equipajes) y su ubicación.

Estabilidad

Un vehículo es más estable y la frenada es más eficaz cuanto más bajo está su centro de gravedad. Y viceversa. Es más inestable y tiene mayor riesgo de vuelco en curvas cuanto más alto está el centro de gravedad.

Sobrecarga por eje

En el trazado de curvas, la diferencia de peso soportado entre los ejes delantero y trasero afecta al comportamiento del vehículo, ocasionando que sobrevire o subvire.
Igualmente, la distancia de frenado y el balanceo pueden variar si existe mucha diferencia entre el peso soportado por cada eje, sobre todo, cuando se trata de vehículos de dimensiones reducidas y eje corto.

La sobrecarga por eje aumenta la distancia de frenado, dificulta el control de la velocidad, aumenta el efecto de las pendientes, tanto ascendentes como descendentes, puede disminuir la tracción del vehículo, dañar los ejes, la dirección y la suspensión y sobrecalentar, estropear y acelerar el desgaste de los neumáticos.

Si en un camión de gran tonelaje hay demasiado peso en el eje delantero, ello hace que la dirección sea pesada. Se debe tener presente:
  • El tipo de frenos que lleva cada eje (de disco o de tambor), para adelantar o retrasar la carga.
  • El tipo de ruedas, y si van montadas simples, gemelas o si son extraanchas, ya que la presión por centímetro cuadrado depende del peso que soporte la rueda.
  • El tipo de remolque:
    • Si es de dos ejes y el primer eje es directriz, una parte sustancial de la masa debe reposar sobre este eje.
    • Si es de un solo eje, el reparto de la masa recaerá en mayor medida sobre el propio eje y además la carga sobre el acoplamiento no debe superar el 10% de la carga máxima.
También se debe tener en cuenta que:
  • Como mínimo, el 25% de la masa en carga del vehículo debe recaer sobre el eje o ejes motrices.
  • La capacidad de frenado de una rueda es proporcional al peso que soporta y, dependiendo de la adherencia de cada neumático, puede aparecer más o menos pronto el bloqueo de la rueda por deslizamiento.
En un camión es fundamental la distribución de la carga al afectar de forma determinante a la posición del centro de gravedad, tanto en la horizontal como en la vertical, y evitar la sobrecarga por eje al distribuir el peso entre éstos.

Suavidad al frenar

La forma de frenar un vehículo es muy importante, tanto para la vida útil del mismo como para la seguridad de la carga y el confort de los pasajeros.
El principal requisito para garantizar una suavidad en el frenado es la previsión.

Antes de frenar, hay que valorar instintivamente y de forma muy rápida la distancia que se dispone para la frenada, la velocidad del vehículo, la velocidad que se quiere conseguir al final de la frenada y las condiciones de adherencia al suelo. En función de todo ello, y siempre que no sea una situación de emergencia, se debe proceder del siguiente modo:
  • Se activan los frenos auxiliares con la intensidad requerida por la situación, regulando dicha intensidad durante todo el proceso de frenado. Hay que estar atentos al uso de los frenos auxiliares, pues pueden provocar la pérdida de control del vehículo por sobreviraje.
  • Si es necesario, se actúa sobre el freno de servicio. No obstante, si se ha realizado con una anticipación adecuada, su utilización es muy reducida.
  • Para cambiar de marcha, se mantienen activa dos los frenos auxiliares evitando que el vehículo sea dominado por la inercia. No se debe mantener pisado el embrague.
  • Se utiliza el freno de servicio para detener el vehículo, disminuyendo la presión sobre el pedal progresivamente.
El uso adecuado de los ralentizadores y el freno de servicio hace que disminuya la posibilidad de tijera en los vehículos con remolque y evita el desplazamiento excesivo de la carga, los pasajeros y el equipaje.
Para que el frenado sea lo más suave posible es necesario anticiparse a las situaciones que lo pueden provocar. Para ello se debe:
  • Observar los vehículos que circulan delante, manteniendo la distancia de seguridad.
  • Mirar a lo lejos para apreciar con tiempo los cambios en las condiciones del tránsito y la aparición de intersecciones, rotondas, incorporaciones, etc., considerando la distancia y velocidad de los vehículos que se aproximan.
  • En las intersecciones, aunque se tenga prioridad, observar atentamente que no se acerca nadie de forma peligrosa por la vía transversal.
  • Adaptar la velocidad a las condiciones de la vía, anticipando y señalizando las maniobras.
  • Observar periódicamente por los retrovisores la situación del tránsito.
  • Adaptar la relación del cambio a la situación de la circulación, evitando marchas excesivamente bajas.
Cuando se circule por calzadas deslizantes (lluvia, nieve, hielo, etc.), el uso de los frenos auxiliares puede provocar la pérdida de control del vehículo por sobreviraje, incluso en línea recta. En estas condiciones, hay que prestar especial atención en las pendientes descendentes.

Frenada fuerte

Si es necesario realizar una frenada fuerte, se dosifica la intensidad del frenado. Se frena fuerte al principio, disminuyendo progresivamente la presión sobre el freno y evitando el desplazamiento excesivo del peso del vehículo, los pasajeros y la carga hacia la parte delantera.

Frenada de emergencia

Para realizar una frenada de emergencia:
  • Hay que dirigir la vista hacia un espacio libre o hacia la vía de escape sin mirar el obstáculo.
  • Pisar fuertemente el freno y el embrague al mismo tiempo.
  • Si las ruedas se bloquean (carencia o falla de ABS), disminuir la presión sobre el pedal de freno hasta que vuelvan a girar.
  • Evitar pisar y soltar el freno de forma sucesiva. Esta acción prolonga mucho la distancia de frenado y el balanceo de masas puede conllevar la pérdida de control del vehículo.
  • Si hay que esquivar el obstáculo, primero frenar y, luego, esquivarlo, prestando atención a la posible pérdida de control.
La distancia de frenado depende del estado de la calzada, de los neumáticos, del sistema de frenos y de la velocidad.
Tras una frenada de emergencia se debe comprobar cuanto antes el estado de la sujeción de la carga y los anclajes.

Actuaciones indebidas que pueden provocar efectos trágicos

Voladizo

Los vehículos de grandes dimensiones tienen una dificultad adicional en la conducción derivada de los voladizos. Su presencia obliga a prestar especial atención en las siguientes circunstancias:

La aproximación y salida de un estacionamiento en línea
  • Se realiza con poco ángulo y de forma progresiva para evitar colisionar con señales, árboles, postes o luminarias, marquesinas, balcones, salientes, letreros publicitarios y, sobre todo, personas.
  • No acercarse excesivamente ni al vehículo, ni al obstáculo que pueda haber delante para facilitar la posterior salida.

Los virajes cerrados a la derecha
Este tipo de virajes exige especial cuidado por la posible existencia de obstáculos, peatones y/o ciclistas en las partes de la vía que se invadan con los voladizos. De igual forma, durante todo el giro hay que prestar atención a la parte derecha y la lateral trasera izquierda del vehículo, para evitar colisiones con conductores imprudentes.

En los giros cerrados es importante prestar atención a los voladizos delantero y trasero.

Para realizar un viraje cerrado a la derecha:
  • Señalizar la maniobra con tiempo, comprobando que los vehículos que circulan detrás perciben nuestras intenciones.
  • Abrirse progresivamente todo lo necesario hacia el lado izquierdo, intentando no dejar espacio suficiente como para que pueda colarse un vehículo por el lado derecho.
En los giros muy cerrados, que requieran situarse totalmente en la pista contigua o, en su caso, en la pista del sentido contrario:
  • Señalizar la maniobra con antelación suficiente.
  • Observar detenidamente a los vehículos que circulan detrás, antes de efectuar el giro.
  • Realizar el giro de forma progresiva poniendo mucha atención a los vehículos que puedan colarse por el lateral derecho.
En los vehículos con segundo eje trasero direccional se acentúa más el problema de gestionar el espacio de los voladizos, ya que tanto éste como las ruedas pueden llegar a invadir el espacio lateral.
En las combinaciones tractocamión con semirremolque se debe evitar, en la medida de lo posible, giros excesivamente cerrados, ya que si hay un ángulo muy cerrado entre el tractocamión y el semirremolque, las ruedas de los ejes delanteros del semirremolque arrastran sin girar, produciendo severos desgastes en los neumáticos y graves torsiones en los ejes.

Aclopamiento de vehículos

Para acoplar los remolques o semirremolques a los vehículos tractores, se precisan unos sistemas de enganche que permitan hacerlo de forma fácil y que garanticen su seguridad y solidez.

El semirremolque

Un semirremolque tiene una placa de apoyo que descansa sobre el tractocamión, a través de la llamada quinta rueda, y se engancha a ésta mediante el kingpin.

Método de enganche del semirremolque

  1. Alinear, todo lo posible, la unidad tractora con el semirremolque, ya que cuanto más lateral sea el enganche, mayor peligro encierra la maniobra.
  2. Abrir el enganche de la quinta rueda tirando de la palanca. Ajustar la altura de la quinta rueda a 1 o 2 cm por debajo de la placa del semirremolque, actuando sobre el mando de la sus pensión neumática de la unidad tractora o a través de los soportes (patas) del semirremolque.
  3. Verificar que el kingpin esté enfrentado con la abertura del enganche.
  4. Circular marcha atrás suavemente hasta situar la quinta rueda debajo del cuello del semirremolque (espacio entre el kingpin y la parte delantera del semirremolque).
  5. Elevar la suspensión nuevamente hasta que se toquen la quinta rueda y el semirremolque.
  6. Circular marcha atrás suavemente hasta enganchar el semirremolque. Tras verificar que el enganche es correcto:
  7. Conectar las mangueras de suministro de aire, freno, alumbrado, ABS y ESP, en su caso.
  8. Retraer las patas del semirremolque y liberar el freno de estacionamiento del propio semirremolque.
  9. Comprobar los dispositivos de alumbrado y señalización antes de iniciar la marcha.
  10. Colocar la suspensión a la altura de circulación.

Método de desenganche del semirremolque

  1. Una vez alineado, inmovilizar el conjunto mediante el freno de estacionamiento.
  2. Levantar ligeramente la suspensión neumática del tractocamión, si la tiene.
  3. Si la unidad tractora tiene suspensión neumática, bajar las patas del semirremolque hasta apoyarlas en el suelo sin hacer fuerza. De lo contrario, apoyar las patas del semirremolque hasta que hagan fuerza contra el suelo y, seguir levantando el semirremolque con la marcha lenta de la palanca (810 vueltas).
  4. Activar el freno de estacionamiento del propio semirremolque.
  5. Abrir el enganche de la quinta rueda tirando de la palanca.
  6. Desconectar todas las mangueras de suministro, alojándolas en su lugar corres pon diente.
  7. Avanzar ligeramente hasta oír que el enganche se ha soltado.
  8. Si la unidad tractora tiene suspensión neumática, bajarla hasta ver algo de luz entre la placa.
  9. Sacar el tractocamión.
  10. Colocar la suspensión a la altura de circulación.

El remolque

Cuando se trata de un remolque, el enganche se lleva a cabo a través de la lanza del mismo que se acopla al dispositivo de gancho del vehículo remolcador.

Método de enganche del remolque

  1. Alinear al máximo el remolcador y el remolque.
  2. Abrir el dispositivo de enganche.
  3. Situar la lanza a la altura del dispositivo y enfrentado al enganche del mismo.
  4.  Circular marcha atrás lentamente hasta oír el cierre.

Tras verificar que el enganche se ha realizado correctamente:

  1. Conectar las mangueras de suministro.
  2. Liberar o retraer el sistema de sujeción de la lanza.
  3. Liberar el freno de estacionamiento del propio remolque.
  4. Comprobar los dispositivos de alumbrado y señalización antes de iniciar la marcha. 


Método de desenganche del remolque

1. Inmovilizar el conjunto mediante el freno de estacionamiento.
2. Activar, en su caso, el freno de estacionamiento del propio remolque.
3. Extender o aplicar el sistema de sujeción de la lanza.
4. Abrir el dispositivo de enganche.
5. Desconectar todas las mangueras de suministro, alojándolas en su lugar corres pon diente.
6. Sacar el remolcador.

Manipulación correcta de cargas

Se considera que la manipulación de cualquier carga con peso superior a 3 kg ocasiona riesgo de lesiones dorsolumbares, en especial si se manipula en condiciones ergonómicas desfavorables.
Estas lesiones se pueden producir de forma inmediata o por la acumulación de pequeños traumatismos, pudiendo lesionarse tanto los trabajadores que habitualmente manipulan cargas como los que lo hacen de forma esporádica.

Los factores de riesgo varían en función de:
  • Las características de la carga.
  • El esfuerzo físico necesario.
  • Las características del medio de trabajo.
  • Las exigencias de la actividad.
  • Los factores individuales.


Pautas básicas para la manipulación de bultos y cargas

Al manipular bultos hay que tener en cuenta las recomen daciones siguientes:
  • Planificar el recorrido y el espacio donde irá el bulto.
  • Despejar los obstáculos que dificulten la ubicación.
  • Apoyar los pies firmemente, adelantado ligera mente uno de ellos con respecto a la dirección del movimiento.
  • Mantener los pies separados unos 50 cm o, al menos, el ancho de la espalda a la altura de los hombros.
  • Bajar doblando la cadera y las rodillas; no doblando la espalda.
  • En caso de sospecha que el peso no se corresponde con el volumen, levantar prime ro un lado del bulto y luego el otro.
  • No elevar el objeto con la fuerza de la espalda. Es mejor flexionar las rodillas, coger el objeto y ponerse de pie.
  • Mantener la espalda recta y el mentón metido hacia el pecho.
  • Mantener la cabeza levantada.
  • No flexionar totalmente las rodillas.
  • Siempre que se pueda, utilizar los asideros o las hendiduras para sujetar los objetos.
  • Mantener la carga pegada al cuerpo o lo más cerca posible de éste, evitando el movimiento de torsión del cuerpo.
  • No levantar la carga por encima de la cintura en un único movimiento desde el suelo.
  • Es conveniente que el ancho de la carga no supere el ancho de los hombros (60 cm aproximadamente).
  • La profundidad de la carga no debería superar los 50 cm, aunque es recomendable que no supere los 35 cm.
La posición de carga más favorable es pegada al cuerpo, en el área comprendida entre los codos cuando los brazos doblados y pegados al tronco forman aproximadamente un ángulo recto.
Se recomienda, en condiciones ideales de manipulación, no sobrepasar 25 kg de peso en hombres y 15 kg en mujeres, jóvenes o personas mayores. Para manipulaciones esporádicas, en personas bien entrenadas o con buena condición física, puede llegarse a 40 kg siempre que se realice en condiciones seguras.

  • Es recomendable no sobrepasar 10.000 kg de peso total en cada jornada si desplazamos los bultos menos de 10 metros y no sobrepasar 6.000 kg totales cuando la distancia a la que trasladamos los bultos es superior a 10 metros de distancia.
  • No se recomienda levantar más de 5 kg estando sentados.
  • Mantener si es posible los brazos tensos lo más cerca posible del cuerpo.
  • En la manipulación de la carga aprovechar el peso del cuerpo para empujar o tirar del objeto.

Posición de la carga con respecto al cuerpo

Existe una relación entre el peso, la postura y la posición de la carga que son determinantes en la valoración del riesgo de sufrir lesiones en la manipulación de cargas. Cuanto más alejado esté el peso del centro de gravedad del cuerpo mayor es el riesgo que tenemos de sufrir una lesión debido al aumento de las fuerzas compresivas y la mala distribución de éstas en la columna vertebral.

Manipulación de mercancías mediante medios mecánicos

Si bien es cierto que habitualmente las operaciones de carga y descarga con medios mecánicos debieran ejecutarse por personal especializado, en numerosas ocasiones es el propio conductor el que las realiza. El empleo de elementos mecánicos reduce considerablemente los riesgos de lesión, fundamentalmente de espalda, pero conllevan una nueva serie de riesgos, con consecuencias inmediatas incluso más graves que los derivados de la manipulación manual.

En caso de utilizar medios mecánicos, es fundamental conocer estas recomendaciones:
  • No emplear ningún elemento mecánico si no se está familiarizado con su uso y autorizado para hacerlo.
  • Antes de utilizarlo, revisar su estado en general y los dispositivos de seguridad en particular.
  • No cargar ningún aparato o elemento mecánico por encima de su capacidad máxima.
  • La carga debe estar equilibrada y sujeta.
  • Se deben evitar los balanceos.
  • La carga se deberá desplazar en la posición más baja posible.
  • El ascenso de la mercancía se deberá hacer en un plano vertical.
  • Seguir los itinerarios establecidos si estuvieran marcados y nunca desplazar la carga por encima de personas.

Tablas de ejercicios para prevenir lesiones

Ejercicios sentados en cualquier asiento

Ejercicios de estiramientos para realizar sentados o de pie
  • Entrelazar los dedos de las manos con las palmas orientadas hacia delante.
  • Estirar los brazos hacia delante y acercar las manos al pecho girando los codos de manera que las palmas estén orientadas hacia el pecho.
  • Tomar aire mientras se estiran los brazos hacia arriba, por encima de la cabeza, todo lo que sea posible.
  • Expulsar el aire mientras se bajan los brazos hacia el pecho y girar las palmas de las manos hacia delante.


Ejercicio para los flexores de los dedos

  • Estirar el brazo hacia delante con la palma de la mano orientada hacia arriba y con el codo en extensión.
  • Coger la mano del brazo estirado con la otra mano.
  • Mantener la muñeca y los dedos en máxima extensión y estirar todo lo que sea posible.
  • Alternar ambas manos.

Ejercicio para los extensores de los dedos
  • Estirar el brazo hacia delante.
  • Cerrar el puño y doblar la muñeca con la ayuda de la otra mano.
  • Estirar el codo todo lo que sea posible.

Técnicas de relajación


Técnica 1
Existen diversas técnicas para relajarse después de un día estresante, pero la mayor parte coincide en alguno de estos elementos:
  • Buscar un ambiente tranquilo, apartado de distracciones y ruidos.
  • Adoptar una postura cómoda pero formal. Una postura apropiada es sentarse con la espalda recta y la barbilla levemente inclinada u orientada hacia el pecho. Las manos deben reposar sobre las piernas. Debe sentirse como si un hilo tirase de nuestra cabeza hacia arriba.
  • Concentrar la atención en un objeto, imagen o palabra. También es muy útil concentrarse en la propia res pi ración.
  • Adoptar una actitud pasiva y receptiva. No obsesionar se con dejar la mente en blanco en el ejercicio de concentración.
  • Mantener la posición de 10 a 15 minutos.

Técnica 2
  • Escoger una palabra, un sonido o una frase que sea de nuestro agrado.
  • Sentarse en una posición cómoda, con los ojos cerrados, relajando los músculos y respirar lenta y naturalmente. Con cada exhalación repetir mentalmente la palabra o frase elegida.
  • Adoptar una actitud pasiva. Si llegan a la cabeza ideas o imágenes, ignorar las.
  • Continuar con una respiración lenta y relajada durante 10 o 20 minutos y con cada exhalación repetir la palabra o frase elegida.
  • Los mejores resultados se obtienen repitiendo el ejercicio una o dos veces al día.

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