Tema 6: Prevención de riesgos y combate de incendios

En esta unidad aprenderemos:
En este tema aprenderemos a actuar correctamente en caso de que suframos un incendio, conoceremos los diferentes métodos de extinción y cuál es el protocolo de uso de los extintores y de evacuación de los pasajeros. También conoceremos de qué forma debe disponerse la carga y el equipaje para evitar posibles lesiones, técnicas de relajación y cómo actuará el conductor de un taxi en caso de agresión.

Abrir Índice

1. Reacción en caso de incendio

Los productos de la combustión 

Calor

Cada materia desprende distintas cantidades de calor. Las temperaturas elevadas producen en el ser humano deshidratación, agotamiento, estrés térmico, problemas respiratorios, quemaduras e incluso la muerte. 

Transferencia de calor

Es uno de los factores determinantes para que se genere un incendio y tiene una influencia determinante en su extinción. Las formas de transmisión del calor en un incendio son: 

  • Radiación: emisión de calor (infrarrojas o ultravioletas) que calientan a los objetos próximos. 
  • Convección: transmisión de calor a través del aire y los gases generados. 
  • Conducción: transmisión de calor desde la zona más caliente hacia la más fría.

Humo

Compuesto por partículas sólidas y líquidas en suspensión en el aire. El humo es más o menos denso en función del combustible. 

  • El humo es un factor de riesgo, porque provoca situaciones de pánico por la falta de visibilidad y por la asfixia. 
  • Las partículas calientes del humo pueden producir quemaduras en los ojos o activar otro incendio lejos del foco original.

Gases

En un espacio cerrado el fuego genera gases tóxicos y asfixiantes, como el monóxido de carbono. Los gases producen pérdida de coordinación, desorientación, inconsciencia, envenenamiento y muerte.

Métodos de extinción 

La extinción de un fuego se produce simplemente eliminando uno o más de los elementos que lo originan. Todos los fuegos se extinguen mediante alguna de estas cuatro formas o una combinación de ellas:

Extinción por reducción de la temperatura (enfriamiento) 

El elemento más empleado es el agua, pero en algunos casos puede ser peligroso, por ejemplo, para extinguir fuegos en metales y de aceites.

Extinción por separación del combustible (desalimentación) 

Por ejemplo para los fuegos producidos por gases como el butano: 

  • Una vez consumida la totalidad del gas, el fuego se extingue. 
  • Si se apaga el fuego, pero no se cierra la válvula de salida del gas, se formarán bolsas de gas que podrán arder de repente o mediante una explosión.

Extinción por dilución o desplazamiento del oxígeno (sofocación) 

El fuego se puede apagar, reduciendo el porcentaje de oxígeno, empleando varios métodos: 

  • Empleando otros gases como dióxido de carbono o argón. 
  • Separando el aire y el material combustible, por ejemplo en el caso de líquidos infla mables, median te una capa de espuma o con mantas ignífugas.

Extinción por inhibición de la reacción en cadena (inhibición catalítica) 

Se suelen emplear agentes extintores, como los polvos químicos secos. Este método es efectivo en los gases y en los líquidos, ya que éstos arden con llama, pero no para los fuegos con brasas.

Protocolo para el uso de extintores 

Los extintores son útiles pero sólo si se saben emplear de forma adecuada. En primer lugar, se deben seguir estas indicaciones: 

  1. Colocar el extintor en el suelo. 
  2. Sujetar con una mano el asa de transporte junto a la manguera, si la tiene. 
  3. Inclinar ligeramente el extintor. 
  4. Retirar el seguro con la otro mano. 
  5. Antes de acercarse al fuego, realizar una prueba disparando al suelo.
  6. Al caminar con el extintor, llevarlo a un costado o apoyado en la cadera.


Fuego al aire libre 

  1. Colocarse de espaldas al viento. 
  2. Agacharse ligeramente para reducir la superficie del cuerpo expuesto al calor y las llamas. 
  3. Dirigir el primer disparo medio metro antes del fuego. 
  4. Continuar atacando el fuego por su base. No acercarse nunca demasiado al fuego ni darle la espalda aunque parezca extinguido. 
  5. Limpiar la superficie en llamas barriendo en zigzag.

Fuego en las ruedas 

El incendio suele producirse al detener el vehículo. Además del calor que desprende, hay que tener en cuenta los gases tóxicos que se producen. Para extinguir el incendio de un neumático:

  1. Aproximarse a la rueda incendiada desde un lateral (por el peligro de reventón) con el viento por la espalda. Efectuar disparos cortos. 
  2. Dirigir el agente extintor de abajo hacia arriba sobre la base de las llamas, sin acercarse mucho al fuego. Nunca colocarse bajo el vehículo. 
  3. Una vez extinguido el fuego, retirarse unos pasos y observar la rueda para actuar si se produce una reignición. 
  4. Refrigerar la rueda con agua, en cuanto sea posible, en pequeñas cantidades o pulverizada. 

Este tipo de fuegos puede producirse por el calentamiento de los neumáticos por estar a muy baja presión, pero también por el uso excesivo de los frenos, por ejemplo en un descenso pronunciado. En este caso, no se debe usar agua para refrigerarlos, sino que se debe detener el vehículo y vigilar mientras se enfrían.

Importante: Las ruedas son el lugar donde se inicia un incendio con más frecuencia.

Fuego debido al freno eléctrico 

El fuego puede producirse en distintos sitios. Si es en una rueda, se debe proceder siguiendo los procedimientos anteriores. Si el incendio se ha trasladado a los maleteros del bus: 

  • Abrir con sumo cuidado (por riesgo de quema duras) la zona de carga por el lado más protegido del viento y desde un lado para evitar posibles llamaradas. 
  • Aplicar el agente extintor con disparos cortos desde hacia arriba, sobre la base de las llamas, barriendo en zigzag. 
  • Observar una vez apagado el fuego por si se producen reigniciones. 
  • Refrigerar con agua.

Fuego debido a cortocircuitos 

  1. Localizar el lugar del incendio. 
  2. Accionar el sistema de desconexión eléctrica (desconectador de baterías). 
  3. Si el fuego está localizado en el exterior, actuar siguiendo las pautas descritas anteriormente.
  4. Si el fuego está localizado en el interior de la cabina o el habitáculo:
    • El mejor sistema de extinción es el agua nebulizada, siempre que no haya derrame de líquido inflamable.
    • Al abrir la puerta, se puede producir un enriquecimiento de oxígeno en la combustión, que aumente la intensidad del fuego.
    • Se debe tener especial precaución al emplear extintores de polvo, ya que reducen la visibilidad para la evacuación.
    • Tener cuidado con el aumento de llama y su dirección.

Fuego debido a los sistemas de alimentación 

Suelen producirse después de un accidente, en el que también se derraman líquidos inflamables. Modo de extinción:

  1. Accionar el desconectador de la batería. 
  2. Si el incendio es por derrame de líquido, empezar la extinción desde la parte inferior, en zigzag y subiendo el chorro de agente extintor hasta la fuente del derrame. 
  3. Si hay algún obstáculo, contar con, al menos, otra persona para avanzar cada uno desde un lado, acorralando el fuego. No deben ponerse enfrente uno del otro.

No emplear agua, ya que se propagaría el incendio.

Fuego debido a averías de origen mecánico 

Su origen puede estar en el alternador, el motor de arranque, el compresor de aire acondicionado o en otras averías mecánicas con bajo nivel de incidencia. 

Antes de abrir el portón del motor, disparar con el extintor dos veces por la rejilla de aireación o por debajo del portón, para reducir el efecto de una expansión por el humo y los vapores acumulados.


2. Actuación del conductor en un incendio 

Incendio en el vehículo en circulación

  1. Si en el vehículo viaja un acompañante o guía, comunicarle la situación, dándole las primeras instrucciones antes de detener el vehículo.
  2. Accionar las luces de emergencia y frenar con precaución, deteniendo el vehículo fuera del tránsito si es posible. Se debe tener precaución de no arrimar el foco del fuego del bus a otro potencial combustible (hierbas secas, vallas de madera, residuos urbanos, etc.).
  3. En el caso de incendio de un bus, abrir las puertas para la evacuación de los ocupantes siguiendo estas pautas:
    1. Si el incendio es en el lado izquierdo, abrir las dos puertas.
    2. Si el incendio es en el lado derecho, abrir sólo la que esté más alejada del fuego.
    3. Tener presente el empleo de las salidas de emergencia (ventanas y escotillas).

4. Accionar el desconectador de batería de la cabina.

5. Si no hay acompañante, solicitar a algún viajero la comunicación a los servicios de emergencia.

6. Seguir el procedimiento de extinción.

El comportamiento de los viajeros depende, en gran medida, de su actuación. La comunicación a los viajeros debe ser rápida y concisa, intentando no crear pánico ni angustia. Los viajeros deben abandonar el vehículo con orden y alejarse en dirección contraria al viento a un punto de reunión distante de la calzada. 

Incendio en el vehículo después de un accidente 

Dependiendo del estado de los heridos, de los vehículos implicados y de otros factores (dimensiones del incendio, posibilidades de extinción o tipo de carga), se debe optar por proteger a las personas atacando primero el fuego o, por el contrario, si es imposible extinguir el fuego, evacuar y alejar a los heridos.

3. Evacuación de los ocupantes

Como norma general, nunca se debe mover a un accidentado y menos aún trasladarle al hospital. El transporte de heridos en accidentes de tránsito debe realizarse en vehículos destinados a tal efecto (ambulancias o transporte aéreo) y por personal profesional. 

Tanto la movilización de los heridos como su trans porte sólo se pueden realizar en casos excepcionales:

  • Si es preciso colocarlo en posición de defensa o seguridad o antishock. 
  • Si hay un incendio o riesgo elevado del mismo. 
  • Si existe riesgo de que el herido sea atropellado o sufra un nuevo accidente. 
  • Si es necesario realizar una reanimación cardiopulmonar.

Los ocupantes del vehículo accidentado, sólo pueden ser sacados por personal especializado, salvo casos excepcionales. Si es necesario sacar al accidentado del interior de un vehículo:

  • Comprobar que el cuerpo no esté atrapado por hierros, volante, pedales, etc., prestando especial atención a las piernas y pies. 
  • Extremar las precauciones y alejarse lo máximo posible de los sistemas de airbag que no se hayan activado. Para evitarlo, desconectar la batería y, si es posible, esperar 10-15 minutos antes de iniciar la evacuación. 
  • La maniobra de evacuación comienza actuando sobre el asiento y el volante, intentando conseguir la máxima amplitud.

A continuación:

  1. Colocarse detrás del herido y pasa r un brazo por debajo del brazo y la axila del herido y sujetar la muñeca del lado contrario.
  2. Pasar el otro brazo por debajo de la otra axila y sujetar la mandíbula del accidentado. 
  3. Extraerlo procurando que no se mueva el cuello, evitando así flexiones o torsiones en la columna vertebral.

Para extraer a un herido desde la cabina de un camión, se debe contar con la ayuda de otra persona por la dificultad que representa la altura del vehículo. Si la cabina es amplia, la preparación para el descenso se hace en el interior, para bajarlo lo más recto posible, traccionando tanto el auxiliador que está en la parte superior como el que está en la parte inferior con el fin de mantener la columna recta y sin torsiones.

En el caso de necesitar mover al herido fuera del vehículo: 

  • No debe moverlo una sola persona. Se precisan, al menos, tres auxiliadores para inmovilizar correctamente el eje cabeza-cuello-tronco en la movilización. 
  • Utilizar el llamado método de auxiliadores alternados por ser más seguro. 
  • Colocar al herido preferentemente boca arriba. 
  • Los auxiliadores se colocan a los lados del herido (ver ilustración). 
  • Los auxiliadores levantarán suavemente y a la vez.

Evacuación de un bus

Deben estar indicadas las salidas de emergencia, los martillos rompe-cristales y las indicaciones básicas para el desalojo. Es fundamental identificar con prontitud el riesgo que aconseja la evacuación. Para ello, se debe valorar la información del panel de instrumentos, los olores extraños e, incluso, posibles humos o sonidos que permitan sospechar de un evento grave no esperado. 

Siempre debe realizarse la evacuación cuando haya riesgo de incendio, riada o inundación; inmovilización del vehículo sobre una vía férrea y peligro por corrimiento de tierras o despeñamiento. También se debe evacuar el vehículo tras sufrir un accidente severo y cuando la permanencia en el vehículo suponga peligro.

Antes de ordenar la evacuación de los pasajeros, el conductor debe elegir el lugar adecuado para evitar accidentes posteriores. 

No obstante, se debe evitar evacuar el vehículo cuando las circunstancias del entorno fuera del vehículo hagan peligrar la integridad de los pasajeros; el bus haya sufrido un accidente con heridos y su movilización no sea aconsejable; y la estructura y posición del bus pueda ser considerada como una protección externa para sus ocupantes, por ejemplo en caso de sismo.


Durante la evacuación: 

  • Tener en cuenta el accionamiento del desconectador de emergencia. 
  • Realizar una inspección exhaustiva del espacio desalojado, con el fin de asegurarse de que no queda nadie (tener especial cuidado con los niños porque tienden a esconderse cuando tienen pánico). En los buses interurbanos, es conveniente llevar un cúter o cuchilla cortacinturones, por si alguno estuviera atascado (es recomendable llevar siempre uno en el bus). 
  • No permitir que nadie retroceda o se demore para recoger objetos personales. 
  • Solicitar ayuda al acompañante o a algún pasa je ro si hay que movilizar a algún herido. 
  • Ser los últimos en abandonar el vehículo, tras caminar por el pasillo del bus comprobando que no queda nadie, procurando recoger el botiquín, el celular y los extintores para evitar la propagación del fuego a terceros. 
  • Una vez fuera, agrupar a los pasajeros en un punto de seguridad, fuera de la vía pública, alejado del lugar del accidente. 
  • Una vez evacuado el vehículo proceder a proteger el lugar del siniestro para evitar nuevos accidentes, advertir a los servicios de ayuda del accidente y socorrer a las víctimas o heridos.

En caso de optar por la extinción del fuego, hay que seguir el protocolo, tal y como se expuso en el apartado anterior.

Importante: En el caso de un transporte especial, concretamente cuando sean niños muy pequeños, así como en el transporte de personas con discapacidad, la primera actuación debe ser la de evacuarlos y protegerlos.


4. Protocolo para la evacuación si el vehículo no ha sufrido un accidente 

Mientras se está deteniendo el vehículo, se debe buscar el lugar apropiado al efecto y localizar un lugar al que dirigir el grupo de pasajeros. En caso de contar con un acompañante o guía, se le debe avisar de la situación para coordinar la acción. 

  • Accionar las luces de emergencia y, si es necesario, las luces exteriores. 
  • Detener el vehículo en condiciones de seguridad (freno de estacionamiento y cuñas, si fuera preciso) y según las circunstancias quitar el contacto y desconectar la batería desde el cuadro de mandos (con visibilidad reducida, el alumbrado del vehículo puede ser imprescindible). 
  • Abrir la puerta o puertas, en función de la urgencia, los riesgos relacionados con el fuego si lo hubiera, la edad y características de los pasajeros, y cuantos factores aconsejen reducir la velocidad de evacuación aumentando la seguridad de la misma. Si las puertas están bloqueadas considerar el eventual uso de las ventanas como salidas de emergencia. 
  • Dar las indicaciones oportunas a los pasajeros relativas al punto de reagrupamiento, incidiendo en la necesidad de dirigirse en sentido contrario al viento. El punto de reagrupamiento debe:
    • Aportar seguridad y refugio y ser fácilmente localizable. 
    • Estar fuera de la calzada y de la berma a una distancia mínima de 200 metros (zona fría). 
    • Dirigir la evacuación, velando por el descenso de los niños, las personas de edad avanzada, discapacitadas o con movilidad reducida. 
    • Mantener la calma y el orden. 
    • Asegurarse que no queda nadie en el vehículo. 
    • Señalizar el lugar de detención del vehículo con los triángulos de preseñalización de peligro. 
    • Alertar a los servicios de emergencia y seguridad. 
    • Comunicar a la empresa lo sucedido. 
    • Por último, si la situación está controlada, vigilar el acceso al vehículo y velar por la seguridad de los pasajeros.


5. Protocolo para la evacuación si el vehículo ha sufrido un accidente 

Si ha sufrido un accidente y se ha salido ileso o su estado lo permite, debe dirigir las tareas de protección, alerta y socorro del pasajero: 

  • Observar el estado y posición del vehículo (vuelco, sobre un talud, etc.) y hacer una evaluación inicial para determinar cuál debe ser el orden de actuación. 
  • Si se pueden abrir, las puertas son el mejor lugar por el cual desalojar el vehículo. En caso de vuelco se deben emplear las escotillas superiores y las salidas de emergencia. 
  • Si las puertas quedan bloqueadas, por ejemplo en caso de vuelco, el conductor debe indicar la situación de las salidas de emergencia, dando las instrucciones pertinentes para su apertura.

Para decidir por dónde salir, hay que recordar que el parabrisas delantero es de cristal más resistente que el de las ventanas laterales y traseras:

  • Si no hay martillo rompecristales, se utilizan los extintores o un objeto punzante con el que golpear el centro del cristal. 
  • En caso de romper las ventanas, hay que asegurarse de que no queda ningún cristal en los marcos que puedan producir cortes graves. 
  • Si hay pasajeros atrapados o con lesiones, no se mueven, salvo inminente peligro de incendio. Se les tapa y se realiza la evaluación primaria (grado de inconsciencia, respiración, parada cardíaca, shock y hemorragia). 
  • Se fija un punto de reunión. 
  • El auxiliar (si hubiera) debe seguir también las instrucciones citadas anteriormente.


6. Prevención de riesgos laborales

La conducción despierta determinadas sensaciones y sentimientos en las personas: sensación de libertad, de dominio sobre la máquina, de superación de riesgos o peligros, pero también agresividad y frustración. 

En ocasiones, esos sentimientos de ira, enojo y frustración son producto del estrés y la fatiga propios de la conducción. Hasta la persona más dócil y sosegada, puede transformarse al volante en alguien agresivo y descontrolado. 

El estrés que se experimenta durante la conducción está relacionado directamente con la naturaleza de la propia actividad y de las circunstancias específicas del tránsito (atochamientos, conflictos, necesidad de cumplir horarios establecidos, accidentes, infracciones, etc.). También está asociado a situaciones personales (problemas familiares, estado de ánimo, conflictos laborales, etc.) y al estado físico (la falta de sueño, el consumo de alcohol o drogas y una mala alimentación). 

Esta realidad es más complicada cuando se trata de conductores profesionales. Los choferes se ven sometidos a un nivel de estrés mayor por el cumplimiento de horarios, las condiciones de trabajo dentro de la cabina, el trato con los pasajeros o clientes, la responsabilidad de la carga transportada, etc.

Herramientas útiles para controlar esos sentimientos y sus reacciones negativas

  • Comprender y saber perdonar los errores, reacciones e infracciones cometidas por otros conductores. Todos podemos equivocarnos y saber reaccionar en cuestión de menos de un segundo en una situación de tránsito complicada puede no ser tarea fácil. 
  • Mantener la calma y priorizar el diálogo pacífico, especialmente si se produce un accidente. El nerviosismo o la agresividad sólo pueden complicar las cosas. 
  • Practicar una comunicación asertiva, con la que no se agreda ni se someta a la voluntad de otras personas, sino que se respete al interlocutor. 
  • Dejar los problemas personales fuera y centrar toda nuestra atención en la conducción, en un ambiente relajado y no sobrecargado (no llevar la radio o música muy alta, evitar abusar de la calefacción o aire acondicionado, mantener la cabina ventilada). 
  • Evitar el estrés con ejercicios de autorrelajación o realizando descansos. 
  • Mantener una actitud positiva y evitar pensamientos que puedan causar negatividad o irritabilidad, intentar estar receptivos y con un espíritu colaborador con los demás usuarios de la vía.


7. Reacción en caso de agresión 

Uno de los riesgos a los que están expuestos los conductores profesionales es el de la violencia en el puesto de trabajo o como fruto de éste. Entre las situaciones que pueden derivar en una agresión, las más frecuentes están relacionadas con:

  • Clientes y demandantes de transporte: los retrasos en las entregas, el deterioro de la carga transportada y las exigencias de cargadores o descargadores generan situaciones de tensión y discusiones para los conductores de camión. De igual forma, los conductores de bus, en especial en los servicios urbanos, están expuestos a estos riesgos, derivados de la creencia entre la ciudadanía de que el transporte colectivo de pasajeros debe cubrir todas sus expectativas. 
  • Otros usuarios de la vía: derivadas de accidentes o discusiones de tránsito. Los conflictos generados por la circulación y la molestia de algunos conductores pueden desembocar en conductas agresivas. 
  • Compañeros de trabajo: provocadas por desacuerdos durante los conflictos sociales y laborales. 
  • Vándalos o delincuentes: presentes tanto en las áreas de descanso o carretera como en centros urbanos.

Cómo actuar frente a una agresión 

  • Ante una agresión verbal, se debe intentar controlar la situación mediante el diálogo, manteniendo la calma. 
  • Mantener una distancia de seguridad adecuada con respecto a la persona que nos increpa. 
  • Evitar responder, si es posible, intentando retirarse o, incluso alejarse (no es un acto de cobardía si no de inteligencia). 
  • Si se cuenta con un sistema de comunicación con una central de operaciones de la empresa o con otros compañeros se debe accionar y pedir ayuda. 
  • Si la integridad física peligra, y como acto de defensa, intentar neutralizar la acción del agresor.
  • Si hubiera lesiones, por mínimas que fueran, acudir al centro de salud más próximo en el menor tiempo posible para realizar la constatación de lesiones. 
  • Comunicar a la empresa la situación en el caso de que fuera necesario ausentarse o solicitar apoyo.

Se reducen los riesgos de agresión si se adoptan ciertas actitudes como: 

  • Evitar responder con descortesía, insultar, encararse o adoptar posturas de desprecio o enfado. 
  • Mantener la calma, intentando dialogar, asumiendo los posibles errores y, por supuesto, pidiendo disculpas si fuera necesario. 
  • No aceptando ningún tipo de desafío o reto, evitando hacer determinados gestos. Para ello, evitar el excesivo contacto visual y mantener las distancias. 
  • En el caso de otros conductores excesivamente competitivos disminuir la velocidad e, incluso, apartarse momentáneamente de la ruta, advirtiendo a las autoridades de la incidencia.
  • Tras un accidente, transmitir tranquilidad, evitando la discusión y planteando la ventaja de que las compañías de seguros solventen la situación.
  • Si durante la conducción se producen amenazas graves que permitan sospechar la posibilidad de agresión al detener el vehículo, avisar a las autoridades, comunicando el lugar y hora de parada, si es posible.

Para evitar agresiones derivadas de actos vandálicos: 

  • No estacionar en lugares poco transitados o inseguros y no dejar objetos valiosos a la vista. 
  • Adoptar tantas precauciones como sean necesarias para evitar daños en los ocupantes, en sus pertenencias y en el vehículo. 
  • Seguir las indicaciones de las autoridades policiales. 
  • Es recomendable disponer siempre del teléfono de contacto de los servicios de emergencia.

Cuando se sufre una agresión, o ante cualquier problema mientras se conduce, hay que intentar inmovilizar el vehículo con la máxima seguridad para los pasajeros, la carga y el resto de los usuarios de la vía.

Después de una discusión importante es mejor tranquilizarse antes de volver a conducir.


8. Accidentalidad en el transporte 

Independientemente de los accidentes de tránsito y las enfermedades propias de este trabajo, las tareas asociadas a la conducción conllevan una serie de peligros que es necesario conocer como primer paso a la prevención.

Caídas de personas a distinto nivel

ConsecuenciasCausaMedidas a aplicar
Hematomas, esguinces, fracturas, muerteEscalera en mal estado o deslizantes.Empleo de adhesivos antideslizantes, calzado seguridad.
Hematomas, esguinces, fracturas, muerteSaltar desde el puesto de conducción o el espacio de carga en los autobuses de doble piso.Limpieza. Aplicación material absorbente.


Caídas de personas al mismo nivel

ConsecuenciasCausaMedidas a aplicar
Hematomas, rozaduras, esguinces, fracturas, muerte.Pavimento y suelos poco adherentes.Calzado adecuado. Aplicación de bandas de alta adherencia.
Hematomas, rozaduras, esguinces, fracturas, muerte. Sustancias o productos resbaladizos.             Limpieza. Aplicación material absorbente.

Golpes con objetos

ConsecuenciasCausaMedidas a aplicar              
Hematomas, magulladuras, esguinces, fracturas.Medios inadecuados.Empleo de los medios adecuados.
Hematomas, magulladuras, esguinces, fracturas. Posición incorrecta para realizar el trabajo.Adoptar posturas adecuadas.
Hematomas, magulladuras, esguinces, fracturas. Desconocimiento del uso de la herramienta.Formación e información.
Hematomas, magulladuras, esguinces, fracturas. Carencia o inadecuado uso de Equipos de Protección IndividualEmpleo correcto de los EPIs.            

Sobreesfuerzos

ConsecuenciasCausaMedidas a aplicar
Lumbalgias, cervicalgias, hernias, distenciones musculares, etc.Falta de técnica en el manejo de cargas (equipajes).Formación e información         
Lumbalgias, cervicalgias, hernias, distenciones musculares, etc.Movimiento de grandes pesos (maletas pesadas).Empleo de medios adecuados.
Lumbalgias, cervicalgias, hernias, distenciones musculares, etc.Carencia o inadecuado uso de EPIs.Empleo de cinturones, guantes, etc...

9. Equipos de Protección Individual (EPI) 

A estos efectos se debe tener en cuenta las tareas realizadas con el fin de emplear los medios apropiados.

Durante la conducción

  • Cremas de protección solar. 
  • Gafas de sol adecuadas, preferentemente polarizadas. (En determinados países forman parte del EPI obligatorio). 
  • El chaleco reflectante para utilizarlo en caso de incidente en carretera.

Durante la carga o descarga de bultos o mercancías

  • Fajas y cinturones (cuando se prevean cargas con peso superior a 3 kg).
  • Cascos de seguridad en obras o minas.
  • Guantes.
  • Arnés o cinturón anticaída.
  • Calzado de seguridad.
  • Equipos de protección individual específicos, adecuados al tipo de producto o sustancia.


10. Ergonomía aplicada al transporte 

La ergonomía es una multidisciplina aplicada a la prevención de riesgos laborales, dedicada a examinar las condiciones de trabajo con el objetivo de armonizar al hombre con el sistema y/o el entorno laboral.

La ergonomía trata de adaptar el trabajo a la persona, en especial en lo que respecta a: 

  • La concepción de los puestos de trabajo. 
  • La elección de los equipos y métodos laborales.


Los objetivos principales de la ergonomía son: 

  • La seguridad para que no se produzcan accidentes laborales o que éstos sean mínimos. 
  • La efectividad para el mejor aprovechamiento de la labor realizada. 
  • El bienestar.


La ergonomía aplicada al conductor contempla: 

  • Posturas de trabajo, en especial la acomodación en el puesto de conducción, el descenso, ascenso y habitabilidad en la cabina. 
  • Condiciones ambientales, como nivel de sonoridad, iluminación y visibilidad. 
  • Condiciones temporales relativas a los tiempos de conducción y descanso, jornadas de trabajo, etc. 
  • Condiciones sociales existentes en la empresa, como estilo de mando, promociones, salarios, estatus dentro de la empresa, etc.


11. Diseño de interiores

Los mandos y elementos imprescindibles para las tareas de conducción deben estar accesibles, dejando algo más alejados aquellos que no sean imprescindibles, como la guantera.

Las formas deben ser suaves y redondeadas, evitando las aristas o puntas que en un accidente o en el uso cotidiano del vehículo puedan producir lesiones o agravarlas. Se debe evitar: 

  • Poner objetos o adornos rígidos, con aristas o puntiagudos. 
  • Hacer modificaciones en el tablero de mandos que puedan afectar a su estructura. 
  • Incorporar elementos en lugares no destinados a ellos.


12. Prevención de lesiones musculoesqueléticas

Ajuste del puesto de conducción 

Cada conductor debe regular el asiento y el respaldo a sus propias características físicas para acomodarse bien. A este respecto, conviene recordar que: 

  • La distancia del asiento debe permitir pisar el pedal del embrague a fondo, de forma que la pierna quede ligeramente flexionada. 
  • La altura del asiento debe ser la más baja posible, en función del tipo y colocación de los pedales. En todo caso debe permitir apoyar los talones en el suelo. 
  • El pie izquierdo debe estar en reposo en el suelo cuando no se utiliza. 
  • La banqueta del asiento debe estar ligeramente reclinada hacia atrás para aumentar la sujeción del cuerpo. 
  • El respaldo debe estar en posición casi vertical, ligeramente inclinado hacia atrás. 
  • Si el asiento dispone de reposabrazos se deben regular de forma que, cogiendo el volante correctamente, los antebrazos reposen sin tensión. Posturas incorrectas en la conducción Las más frecuentes son: 
  • Inclinación excesiva de la cabeza: la fatiga muscular en la nuca se incrementa a partir de una inclinación de más de 30 grados. 
  • Inclinación del tronco hacia delante. 
  • Rotación lateral de la cabeza de forma prolongada superior a 20 grados: se asocia con dolores de nuca y hombros. 
  • Flexión o desviación lateral de la mano, lo que implica que el ángulo del codo sea menor de 90 grados. Las muñecas no deben flexionarse ni desviarse lateralmente más de 20 grados. 
  • Los mandos e indicadores deben quedar a la vista y ser fácilmente alcanzables. 
  • El apoyacabezas debe regularse de forma adecuada
Importante: Conducir muy cerca del volante provoca dificultad de movimientos y fatiga.

13. Posturas incorrectas en la conducción

Las más frecuentes son: 

  • Inclinación excesiva de la cabeza: la fatiga muscular en la nuca se incrementa a partir de una inclinación de más de 30 grados. 
  • Inclinación del tronco hacia delante. 
  • Rotación lateral de la cabeza de forma prolongada superior a 20 grados: se asocia con dolores de nuca y hombros.
  • Flexión o desviación lateral de la mano, lo que implica que el ángulo del codo sea menor de 90 grados. Las muñecas no deben flexionarse ni desviarse lateralmente más de 20 grados.
  • Fémures inclinados hacia abajo por la colocación inadecuada de la banqueta: conlleva peor circulación sanguínea y compresión de la cara posterior del muslo.


14. Colocación del cinturón de seguridad 

El cinturón de seguridad es uno de los elementos de seguridad que más vidas salva en un accidente de tránsito, debiendo quedar ajustado al cuerpo sin exceso de compresión y bien abrochado para que cumpla su cometido, teniendo además que respetar las siguientes pautas para su correcta actuación:

  • Una vez abrochado, comprobar que no esté enganchado, enrollado o doblado en alguna parte. 
  • Pierde efectividad si el asiento está excesivamente inclinado, porque el conductor podría deslizarse por debajo de la banda abdominal (efecto submarino). 
  • En su parte inferior, debe abarcar la zona pélvica y no la abdominal, ya que produciría graves daños en caso de colisión (en especial en las mujeres embarazadas).


En el momento de su colocación se debe tener en cuenta: 

  • Si es posible, regular en altura para que la cinta pase por la clavícula, entre el cuello y el hombro. 
  • Tirar de la cinta diagonal ligeramente para ceñir el cinturón al cuerpo. 
  • La banda abdominal debe pasar por la cintura, evitando que comprima la barriga.


15. Regulación de los espejos retrovisores 

Una vez ajustado el asiento y en la posición correcta se deben regular los espejos retrovisores, de forma que se obtenga el máximo campo visual hacia atrás, con la máxima amplitud posible. Si el vehículo tiene desempañador eléctrico para secar o desempañar los vidrios, el sistema debe desconectarse cuando no sea utilizado, para reducir el consumo de energía y evitar dañar la resistencia.


16. Posición correcta al volante 


  • El aro debe estar ligeramente inclinado hacia el conductor. 
  • En caso de contar con airbag, la distancia entre el centro del volante y la cara del conductor debe ser de, al menos, 25 cm para evitar el impacto directo del airbag en la cara del conductor.
  •  La posición de las manos debe ser la equivalente a las diez para las dos de un reloj.

Si el volante tiene mandos incorporados, la forma de agarrarlo debe ser prioritaria sobre el acceso a éstos. Lo que permite esta disposición es no tener que buscarlos en el tablero. 

El volante debe regularse en altura e inclinación, de forma que los brazos queden ligeramente flexionados cuando están en la posición indicada. El brazo y el antebrazo deben formar un ángulo casi recto. 

Se debe poder abarcar el volante en su totalidad, sin tener que realizar desplazamientos con el cuerpo para ello. De esta forma se consigue: 

  • Equilibrar la fuerza que ambas manos ejercen sobre el volante, aportando estabilidad y amplitud en los giros.
    • A velocidades altas, las manos empujan el volante hacia arriba.
    • A velocidades bajas, las manos tiran del volante hacia abajo. 
  • Efectuar la totalidad del giro en un tiempo mínimo.
  • Restablecer, con facilidad, la dirección a su posición natural.

Es muy peligroso: 

  • Sujetar el volante por el interior o por los radios.
  • Girar el volante con las dos manos juntas.
  • Dejar que el volante retorne solo (sin sujeción) tras un giro.
  • Girar con la palma de una mano sobre el aro.
  • Llevar el codo en la ventana.
  • Llevar la mano derecha en la palanca de cambio.


17. Otras consideraciones 

  • Iluminación: Es recomendable no conducir con oscuridad total en el interior del habitáculo, ya que los ojos deben adaptarse constantemente al contraste existente entre esta situación, la zona iluminada por los focos del vehículo, y el entorno oscuro de la vía. Durante la conducción nocturna, la iluminación del panel de instrumentos no deberá ser excesivamente brillante ni tener un excesivo contraste de colores para reducir la fatiga visual. Acústica. Evitar que se produzcan ruidos por: 
    • Objetos sueltos en las guanteras que produzcan vibraciones.
    • Ventanas abiertas a velocidad superior a 40 km/h, pues producen vibraciones en los tímpanos.
    • Volumen excesivo del equipo de sonido, distorsión o ruidos del mismo. Climatización. Es recomendable que la temperatura interior se mantenga en valores entre 20 y 23 grados centígrados.
  • Se deben evitar corrientes de aire directas al cuerpo.
  • Es preferible que el aire caliente salga desde abajo, ya que tiende a ascender, mientras que el aire frío desciende.
  • Se debe accionar el sistema de renovación de aire.


18. Manipulación correcta de cargas 

Se considera que la manipulación de cualquier carga con peso superior a 3 kg ocasiona riesgo de lesiones dorsolumbares, en especial si se manipula en condiciones ergonómicas desfavorables. 

Estas lesiones se pueden producir de forma inmediata o por la acumulación de pequeños traumatismos, pudiendo lesionarse tanto los trabajadores que habitualmente manipulan cargas como los que lo hacen de forma esporádica. 

Los factores de riesgo varían en función de: 

  • Las características de la carga. 
  • El esfuerzo físico necesario. 
  • Las características del medio de trabajo. 
  • Las exigencias de la actividad. 
  • Los factores individuales.

Pautas básicas para la manipulación de bultos y cargas 

Al manipular bultos hay que tener en cuenta las recomendaciones siguientes: 

  • Planificar el recorrido y el espacio donde irá el bulto. 
  • Despejar los obstáculos que dificulten la ubicación. 
  • Apoyar los pies firmemente, adelantado ligeramente uno de ellos con respecto a la dirección del movimiento. 
  • Mantener los pies separados unos 50 cm o, al menos, el ancho de la espalda a la altura de los hombros. 
  • Bajar doblando la cadera y las rodillas; no doblando la espalda. 
  • En caso de sospecha que el peso no se corresponde con el volumen, levantar primero un lado del bulto y luego el otro. 
  • No elevar el objeto con la fuerza de la espalda. Es mejor flexionar las rodillas, coger el objeto y ponerse de pie. 
  • Mantener la espalda recta y el mentón metido hacia el pecho. 
  • Mantener la cabeza levantada. 
  • No flexionar totalmente las rodillas. 
  • Siempre que se pueda, utilizar los asideros o las hendiduras para sujetar los objetos. 
  • Mantener la carga pegada al cuerpo o lo más cerca posible de éste, evitando el movimiento de torsión del cuerpo. 
  • No levantar la carga por encima de la cintura en un único movimiento desde el suelo.
  • Es conveniente que el ancho de la carga no supere el ancho de los hombros (60 cm aproximadamente).
  • La profundidad de la carga no debería superar los 50 cm, aunque es recomendable que no supere los 35 cm.
Importante:
La posición de carga más favorable es pegada al cuerpo, en el área comprendida entre los codos cuando los brazos doblados y pegados al tronco forman aproximadamente un ángulo recto.
Se recomienda, en condiciones ideales de manipulación, no sobrepasar 25 kg de peso en hombres y 15 kg en mujeres, jóvenes o personas mayores. Para manipulaciones esporádicas, en personas bien entrenadas o con buena condición física, puede llegarse a 40 kg siempre que se realice en condiciones seguras.
  • Es recomendable no sobrepasar 10.000 kg de peso total en cada jornada si desplazamos los bultos menos de 10 metros y no sobrepasar 6.000 kg totales cuando la distancia a la que trasladamos los bultos es superior a 10 metros de distancia.
  • No se recomienda levantar más de 5 kg estando sentados.
  • Mantener si es posible los brazos tensos lo más cerca posible del cuerpo.
  • En la manipulación de la carga aprovechar el peso del cuerpo para empujar o tirar del objeto.

Posición de la carga con respecto al cuerpo 

Existe una relación entre el peso, la postura y la posición de la carga que son determinantes en la valoración del riesgo de sufrir lesiones en la manipulación de cargas. Cuanto más alejado esté el peso del centro de gravedad del cuerpo mayor es el riesgo que tenemos de sufrir una lesión debido al aumento de las fuerzas compresivas y la mala distribución de éstas en la columna vertebral.

Manipulación de mercancías mediante medios mecánicos 

Si bien es cierto que habitualmente las operaciones de carga y descarga con medios mecánicos debieran ejecutarse por personal especializado, en numerosas ocasiones es el propio conductor el que las realiza. El empleo de elementos mecánicos reduce considerablemente los riesgos de lesión, fundamentalmente de espalda, pero conllevan una nueva serie de riesgos, con consecuencias inmediatas incluso más graves que los derivados de la manipulación manual.

En caso de utilizar medios mecánicos, es fundamental conocer estas recomendaciones:

  • No emplear ningún elemento mecánico si no se está familiarizado con su uso y autorizado para hacerlo.
  • Antes de utilizarlo, revisar su estado en general y los dispositivos de seguridad en particular. 
  • No cargar ningún aparato o elemento mecánico por encima de su capacidad máxima. 
  • La carga debe estar equilibrada y sujeta. 
  • Se deben evitar los balanceos. 
  • La carga se deberá desplazar en la posición más baja posible. 
  • El ascenso de la mercancía se deberá hacer en un plano vertical. 
  • Seguir los itinerarios establecidos si estuvieran marcados y nunca desplazar la carga por encima de personas.


19. Ejercicios para prevenir lesiones 


Ejercicios sentado o de pie 






Ejercicios de estiramientos para realizar sentados o de pie 

  • Entrelazar los dedos de las manos con las palmas orientadas hacia delante.
  • Estirar los brazos hacia delante y acercar las manos al pecho girando los codos de manera que las palmas estén orientadas hacia el pecho.
  • Tomar aire mientras se estiran los brazos hacia arriba, por encima de la cabeza, todo lo que sea posible.
  • Expulsar el aire mientras se bajan los brazos hacia el pecho y girar las palmas de las manos hacia delante.

Ejercicio para los flexores de los dedos 

  • Estirar el brazo hacia delante con la palma de la mano orientada hacia arriba y con el codo en extensión.
  • Tomar la mano del brazo estirado con la otra mano.
  • Mantener la muñeca y los dedos en máxima extensión y estirar todo lo que sea posible.
  • Alternar ambas manos. 

Ejercicio para los extensores de los dedos 

  • Estirar el brazo hacia delante.
  • Cerrar el puño y doblar la muñeca con la ayuda de la otra mano.
  • Estirar el codo todo lo que sea posible.


Libro PDF - Reacción en caso de incendios

Test de la unidad (Premium)