Cuando el conductor de un vehículo sufra una discapacidad deberá extender la póliza de su seguro para aumentar sus coberturas que cubran cualquier tipo de eventualidad o siniestro. Descubre como tramitar este seguro.
Las personas que sufren algún tipo de discapacidad, ven un gran obstáculo a la hora de desplazarse en una ciudad poco amigable para ellos. Por suerte, existen vehículos adaptados especialmente para que puedan conducir de forma libre por las calles.
Si bien el conseguir adaptar un vehículo ya existente con controles manuales y otros elementos o, importar uno con estas características es sencillo si se tienen los recursos, el lograr asegurar ese automóvil se hace más difícil.
El conseguir la licencia de conducir clase B teniendo alguna discapacidad, es cada vez más sencillo gracias a cursos dictados por entidades privadas y públicas, además de municipalidades equipadas con dispositivos especiales para rendir los test psicotécnicos para personas con diferentes tipos de discapacidad.
Una vez que el automóvil fue importado o adaptado en el país, llega la hora de realizar una serie de trámites para poder asegurarlo, lo que es mucho más complicado que en el caso de los vehículos normales.
Son pocas las compañías que ofrecen seguros para automóviles adaptados para conductores con algún nivel de discapacidad, pero si se estudia bien el mercado será posible encontrarlos. Eos sí, suelen ser bastante más costosos que el resto de los seguros vehiculares.
Una vez que la persona halló un seguro que se ajuste a sus necesidades y bolsillo, necesitará una serie de documentos tanto legales como médicos para que se pueda extender al póliza.
Estos seguros suelen ser muy completos y cubrir todo tipo de eventualidades tanto para el vehículo propio como el de terceros en caso de accidentes, así como también extras como la asistencia en ruta. Es importante añadir coberturas médicas.
Entre los papeles que se necesitan llevar a la aseguradora están la cédula de identidad vigente, la inscripción en el Registro de Discapacidad, certificado del COMPIN que señale que la persona está en situación de discapacidad y el tipo de esta y, por supuesto, un informe médico con una antigüedad máxima de 6 meses, señalando las limitaciones de cada individuo y cómo estas pueden superarse a través de las diferentes adaptaciones presentes en el automóvil, garantizando así que tiene todas las condiciones para conducir.
Con estos documentos, la aseguradora elaborará una póliza a medida de cada persona con discapacidad que lo solicita y, de esto también depende cuál será el monto a pagar mensualmente.
El tener algún tipo de discapacidad motora no significa ser dependiente de otros o el transporte público para desplazarse, solo aprovechar las ventajas impositivas que se ofrecen a personas con discapacidad y lanzarse a conducir gracias a las diferentes tecnologías que permiten adaptar un automóvil para sus necesidades específicas y, muy importante, asegurarlo para proteger este medio de transporte clave en su día a día.
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